martes, 28 de octubre de 2014

JUNTS TORNEM

Álvaro Negredo se marchó el último de Mestalla. Eran las once de la noche. Solo Gayà y su interminable antidoping se retrasaron más. Llevaba una mochila en los hombres y una sonrisa en el rostro. La felicidad superaba el cansancio por la tensión acumulada durante todo el día y sus primeros minutos. No era solo un debut. Era el éxito de una superación personal. Dos personas le estaban esperando en una de las escalerillas de acceso al estadio. Eran José y Juani. Su padre y su madre. Los dos quisieron estar cerca de su hijo en un día tan especial. Sin focos, sin cámaras, en la intimidad, se fundieron en un abrazo antes de coger el coche. Era el mejor final posible a un día inolvidable para la familia Negredo. Minutos antes, Superdeporte tuvo la oportunidad de compartir con el delantero su alegría. Se acordó de su familia, sus amigos, los médicos, fisios, recuperadores y, sobre todo, de una afición que fue capaz de ponerle los pelos de punta.